Me molesta ser tan tibia I Desahogatorio
✨Consejos (no) solicitados para a-ni-mar-se
Humana anónima se desahoga:
Desde que soy chica busco (me obligo) a tener pasión por mi trabajo. Me comparé, quise imitar los pasos de personas a mi alrededor. Me obligué a estudiar algo que no me gustaba, a seguir buscando trabajos de "lo que sé" porque basicamente nunca probé algo distinto. Y todo bárbaro con romantizar la búsqueda, "hacé lo que sientas" te dicen... pero solo si tenes los recursos económicos para permitírtelo. Porque sino cómo hacemos para encontrar nuestra pasión cuando los gastos fijos y variables nos tocan la puerta para su cobro mensual.
Puedo imaginar mi dia ideal, mi casa, mis recursos; pero lo que tienen que suceder en el medio para que eso se materialice está completamente borroso. Puede ser ésto o lo otro, o ninguno. Me molesta ser tan tibia con algo que se lleva la mayoría de mi tiempo en el día a día. Miedo al fracaso, frustración, quedarme en la invisibilidad, en laburos "low profile" para no llamar demasiado la atención. Pero a la vez quiero conocerme exitosa, capaz, porque sé que está en mí. Sanar mi relación con el dinero. Reconocerme merecedora.
🍇Si querés desahogarte, confesarte, dejar tus dudas sobre creencias, deseos, habilitarse, escritura, tomar decisiones, y todo lo que implique para vos vivir liviana, escribí acá: es anónimo, así que aprovechá a largar eso que no te animás a decir. Puede que sea respondida en el próximo desahogatorio.
Hola, humana. Vamos a intentar desenredar algo de todo esto en este espacio. No te prometo milagros, sí una visión honesta de por dónde encarar esto que creés que te pasa.
Imitar los pasos para empezar a caminar es lo más válido del mundo. Es, de hecho, cómo aprendemos un montón de cosas: a agarrar el tenedor para comer, a lavarte los dientes, a hacer maaaamaaa con la boca. Somos humanos en una sugestión de procesos constante, connnnstante. Todo el tiempo estamos creciendo (o muriendo), cambiando, incluso cuando no queremos (ya hablamos de esto hace muy poco). Hay procesos de los que no somos conscientes (como la mayoría de los fisiológicos, por ejemplo), y hay otros que sí nos dejan entrever que algo está pasando. Y, sin embargo, nuestras creencias nos dicen que necesitamos resolver todo ya. Ya de ya. Ayer, si es posible, mejor.
Cuando nos centramos en un resultado específico y tangible, como puede ser encontrar un trabajo que te guste y te dé dinero para pagar las cuentas, no estamos queriendo encontrar un trabajo que nos haga sentir llenas de propósito: estamos buscando una solución instantánea a algo que es un proceso. Si yo no me permito atravesar el proceso, sumergirme en él con todo lo que eso conlleve, momentos más agradables, menos, de duda, y de confianza, nunca voy a llegar al otro lado. No hay manera de cruzar el río sin pasar por el puente. Sin darte cuenta, a tu mente ya ni le interesa encontrar eso que creés que querés: estás buscando encontrar algo que te guste, quieras ejercer como profesión, la forma en la que eso va a ser un negocio, y el modelo de hacerlo rentable. ¿Te das cuánto cuánto te estás exigiendo sin siquiera mover una ficha del tablero?
Desde la mente solo vemos propuestas, ideas, suposiciones sobre eso que queremos. Lo interesante (y acá esta el AHÁ moment) es que todo eso está construido con las creencias y estructuras que nos trajeron hasta acá. Y este acá es, precisamente, eso que queremos cambiar. Querer predecir y visualizar todo eso que quiero sin cambiar absolutamente nada es muy difícil, porque no me estoy ofreciendo a mí misma, a mí mente, 2 cosas fundamentales para el cambio: novedad y acción.
Agarremos el tema del dinero, por ejemplo. Efectivamente, como vos decís, hay cuentas que pagar a fin de mes y de las que nos tenemos que hacer cargo (a menos que tengas una herencia abultada o algún otro tipo de dispenser de dinero que no implique trabajar para pagar a fin de mes). Ahora bien, ¿quién o qué te hizo creer que buscar tu pasión y pagar las cuentas son dos polos opuestos que no pueden convivir? Hay un montón de formas de embarcarte en buscar tu pasión si así quisieras, y, tal vez, no importa tanto quién pague las cuentas realmente, sino la creencia (y el capricho) de que eso tiene que se suceder de la noche a la mañana y de una única forma posible.
Para animarnos a cambiar y atravesar un proceso necesitamos aprender a negociar: con mi realidad (pagar las cuentas), con lo que yo creía y esperaba del proceso (que sea fácil, directo y rápido) y con lo que soy capaz de asumir (1 hora de estudio al día, no más).
Imaginate eso que te gusta es ver todo lo que podría estar del otro lado del puente disponible para vos, si te animaras a cruzarlo. Imaginate esto: si ya tenés una idea de a dónde querés llegar, sabés también a dónde NO querés (y esta información es mucho más valiosa de lo que creemos!) Imaginate, ahora, que descubrís que no tenés que hacer todo sola, y podés salir ahí afuera (como cuando aprendiste a limpiar los dientes imitando los movimientos de tu mamá) a buscar referencias, desde conocer historias de vida no convencionales hasta mentores con programas diseñados específicamente para trabajar esto que te pasa a vos. Entonces, imaginate por un momento, que, si posibilidades de salir de dónde estás existen, ¿qué compromiso vas a asumir?
Si el problema es que ves borroso el camino, hay personas que te ayudan a transitarlo o armarlo. Pero, dejame decirte, mi experiencia profesional y personal me inclina a creer que todos los miedos que nombrás después son los que crean las excusas del todo o nada, de la no compatibilidad, de la incertidumbre.
Cuanto más me cruzo con personas en mis espacios, más me pregunto cómo fue que terminamos creyendo que no podemos aprender a convivir: con el miedo, con la incertidumbre, con el no saber. Nunca se sabe realmente. Nadie sabe demasiado. Y lo que ves de los otros, es siempre, y sobre todo, un resultado que llegó con una cuota de inseguridad.
No hay garantías más que la certeza de que aprender a convivir y caminar con la incertidumbre es la única manera de que se convierta en claridad.
Así que, te comparto 2 formas simples y gratuitas para empezar a salir de tu mente y empezar a descubrir que todo lo que creés que es no es más que un constructo de tus propias creencias, más no la única perspectiva de la realidad posible.
Escribí a mano
Está comprobado científicamente que escribir a mano tiene beneficios importantes para la salud física, mental y emocional. Escribí para hacer espacio, para que puedan entrar nuevas formas de mirar. Usá la técnica de morning pages o de escritura cronometrada.
Conectate con la naturaleza
Regula tu sistema nervioso y baja ego, algo fundamental para empezar (si querés) un trabajo de recalibración de creencias.
Y romantizá lo que te guste de tu vida.
Que romantizar, al fin y al cabo, es una cuestión de elegir qué mirar.
🦋 Episodio imperfecto: los miedos y cómo internalizar que, si esperamos a que se vayan para avanzar, nos van a salir raíces.
Contame si te sirven estos consejos, y no te olvides de compartir tu pregunta, duda, frase, desahogo, para que lo conversemos en octubre.
Te quiero y nos vemos en la próxima edición,
¿Te persiguen preguntan sin respuestas? Compártelas anónimamente para responderlas juntas.